Un Herralde de mujeres

Por Luis Alberto Rivera

Sólo cuatro lo han ganado en sus 33 ediciones. Hasta la 31 eran solamente dos. En 2014 y 2015 son mujeres las que se han hecho del sólido premio Herralde de novela. Primero la mexicana Guadalupe Nettel (México D.F. 1973) con Después del Invierno y este año la española Marta Sanz (Madrid, 1967) gracias a Farándula.  Detrás de Nettel, o al lado, con el premio menor, como ese segundo lugar del que casi nunca nadie se acuerda, quedó Manuel Monayo. Detrás de Sanz otro español, Miguel Ángel Hernández. Ambos con obras igual de sólidas pero con un faltante que parece que ellas han sabido encontrar.

Es evidente que un panorama acaparado tradicionalmente por los hombres, como lo es la literatura, comienza no sólo a darle espacios a las mujeres, sino a reconcerles públicamente cada vez con mayor claridad. A decirles que no hay debilidad alguna en la prosa femenina aunque tenga el prejuicio de llevar una mayor carga de sensibilidad. Que Virginia Woolf no se equivoca en muchas de sus afirmaciones. Artifice de una parte de ello es el gran editor que dirige la casa que concede este premio.

Jorge Herralde (Barcelona, 1936) se le adelantó a la transición española. Fundó Anagrama a pesar de Franco. A los 33 años, en 1969, comenzó oficialmente (lo empezó a planear desde 1967) con el proyecto de su vida. Esta declaración que le concedió a Clarín en 2013 pudiera definir muy bien el concepto de la editorial que a la fecha dirige, “si publicara a Dan Brown, la gente diría ‘aquí ha pasado algo grave’”. Sabe que cuando pase los 80 no será el mismo y por ello 2016 será su último año al frente de la empresa. A partir de enero 2017 le sucederá Silvia Sesé en la dirección, y también concretará una fusión con la editorial italiana Feltrinelli. Mientras ello sucede, ha sido anunciado el galardón que garantiza 18 mil euros y la publicación de la obra.

Marta Sanz tiene un extenso camino recorrido tras 10 novelas publicadas. Ganó el Premio Ojo Crítico gracias a Los mejores tiempos (Debate, 2001), fue finalista del premio Nadal por Susana y los viejos (Debate, 2006), y semifinalista del mismo Herralde en 2009 de la mano de Black, black, black (Anagrama, 2010). Entre varios reconocimientos más. Ahora le ha llegado, al menos frente a la crítica, el más reconfortante de todos ellos.

El murciano Miguel Ángel Hernández ha asegurado con esto la publicación de su novela El instante de peligro. Tiene una formación como historiador del arte. Actualmente radica en Ithaca, Nueva York mientras realiza estudios en la Universidad Cornell alrededor del arte contemporáneo. Escribe sobre su estancia en la ciudad norteamericana a través de un diario que publica en su blog y lo narra en el programa radiofónico Preferiría no hacerlo que conduce el zaragozano Sergio del Molino.

«Dos kilos más esta semana. Desde que llegué aquí no he parado de engordar. También la piel se me ha llenado de granos. Quizá sea que no como bien o que me masturbo demasiado –tampoco tanto; lo justo; dos o tres veces a la semana; no mucho más–… También me devora la responsabilidad de estar en Cornell. La necesidad de intentar en cada minuto demostrar que no se han equivocado con la beca y que sirvo para estar aquí», cuenta en uno de los relatos personales.

Su primera novela fue también publicada en Anagrama y traducida al francés. Intento de escapada (2013).

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