Nrmal 2016: un festival musical para los hijos de Internet

Por Alejandro Romero Barrientos 

En «Recuerdo total, música y memoria en los tiempos de Youtube», incluido en el libro Retromanía, la adicción del pop a su propio pasado, el crítico Simon Reynolds describe al Internet como el espacio en donde el pasado y el presente se mezclan de una manera en que el tiempo se vuelve «blando y esponjoso». Y es que las expresiones culturales digitales y sus canales diversos han trazado nuevas formas de conceptualizar nuestro tiempo. Hay una cantidad estúpidamente abrumadora de personajes y proyectos que le deben su fama y éxito al abismal alcance de Internet. Quisiera poner especial atención en el Festival Nrmal como escenario en donde el Internet se vuelve un experimento tangible, capaz de romper con  fronteras y que nos permite hacer de la distancia digital un ejercicio físico.

En México, el panorama cultural ha ido evolucionando de manera vertiginosa a partir de la década pasada, en donde la cultura se acopló a lo que el país afrontaba con urgencia: la guerra contra el narcotráfico, una economía aparentemente estable y el estallido de las redes sociales a nivel mundial hicieron del país un productor y exportador de cultura en todos sus órdenes. Tal cual efecto dominó, estos fenómenos propiciaron que la Ciudad de México se estableciera como un punto estratégicamente «seguro» para la población en general del país, particularmente para los artistas.

Tal fue el caso del Festival Nrmal, que después de varias ediciones con éxito en Monterrey y ver cómo el crimen organizado alcanzaba niveles críticos, decidió mudarse a la capital del país. (Aún hacen eco en mí las fotografías de la primera plana del atentado en el Casino Royale el 25 de agosto de 2011.) Así como el Nrmal, una desbandada de creadores, principalmente del norte, comenzó a residir en el entonces Distrito Federal, lo que hizo de las fiestas, los festivales, y en general de la vida nocturna, una escena cultural amorfa y eclécticamente sabrosa, capaz de volarle los sesos a cualquiera. Incluso hubo quien se atrevió a describirla como la nueva Berlín.

Con dos ediciones bien logradas en la Ciudad de México, el Nrmal se ha posicionado como un referente musical dentro del abanico de conciertos que anualmente abarrotan las agendas culturales de la capital. Sólo es equiparable (aunque en distintos estilos) a Ceremonia, Bestia y el ya clásico MUTEK, festivales que cumplen con la función de difundir nuevas formas creativas y estilos sonoros distintos extraídos de todo el mundo, además de pensar en las comodidades y necesidades de los asistentes, haciendo de ellos una experiencia completa e inteligente que se repite periódicamente. Ahora llega a su séptima edición, que se celebra el 12 y 13 de marzo de 2016.

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Este año, en la presentación del cartel completo tuve la oportunidad de platicar con Poncho Muriedas, uno de los principales organizadores, acerca de la relevancia que tiene el Internet al momento de escoger los actos que conforman el cartel de la edición 2016 del Nrmal, a lo que argumentó que la red definitivamente es imprescindible para un festival de este corte, ya que es a través de Internet por donde se lleva a cabo la comunicación con los músicos y en general toda la programación y producción del festival, incluyendo la difusión y el alcance de éste.

El Nrmal es para muchos un fin de semana que resume a manera de recuento, lo que es y hacia dónde se dirigen las tendencias tanto musicales como de diseño y de estilo en general de las nuevas generaciones, sin dejar de lado la inclusión del pasado reciente. Una manera contemporánea de analizarnos como sociedad a la luz de plataformas como Bandcamp, Soundcloud, Tumblr, Vimeo y Youtube.

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