«Más que una dificultad, la independencia es una posibilidad»: Laura Murcia

Por Karen Fabián

Una noche de febrero salí de mi casa con dirección a la calle Bélgica de la colonia Roma. Faltaba una hora para que Laura Murcia diera su última presentación en esta ciudad, antes de iniciar su gira por Sudamérica. Aproximadamente un mes atrás había intentado entrevistarla, pero por distintas razones nunca concretamos el encuentro. Esta vez llegaría sin anunciarlo, con el deseo de escucharla e intercambiar algunas palabras.

El encuentro tendría lugar en Escandalar, una pequeña librería que distribuye literatura independiente y que en el mismo edificio alberga el taller de Juan Malasuerte Ediciones. A través de las vitrinas reconocí algunos títulos y editoriales como Nitro/Press y Mangos de Hacha. Me sentí entusiasmada, adoro que la ciudad aloje tantas posibilidades para el encuentro de sus transeúntes. Afuera, algunas sillas dispuestas en medio círculo permitían que los asistentes formaran una atmósfera íntima, mientras bebían cervezas y un verdoso brebaje que el anfitrión preparó para la ocasión. Laura me reconoció entre los asistentes y me recibió con acogedora amabilidad.

¡Qué gusto que hayas venido, Karen!– me dijo mientras sonreía con esa calidez que la distingue.

Vine para entrevistarte, supe que te vas de gira–, le dije, con el propósito de ir construyendo las condiciones para la charla que tiempo atrás había sido frustrada.

¡Claro! Cuando termine el concierto, con mucho gusto platicamos.

Intercambiamos algunas impresiones y ella se fue a afinar su guitarra. Fue una noche magnífica para la poesía y el canto en la que otros músicos como Belafonte Sensacional y Rodrigo Flores compartieron letras y acordes traídos de sus viajes, de sus recuerdos, de sus anhelos. Después llegó el turno de Laura, que con delicadeza se colocó en el centro de la acera transfigurada en escenario donde su voz sutil, sin florituras, se levantó como un dulce bálsamo que le canta a los viajes, al amor y a la familia.

Ella se define a sí misma como cancionista, aunque llegó a considerarse cantante, guitarrista y hasta instrumentista. Pero lo suyo es la composición, en donde ahora se siente más arraigada, porque disfruta del placer de construir y darle sentido a eso que la apasiona. Yo la escuché por casualidad, porque el reproductor automático hizo lo suyo y, de inmediato, su dulce voz y sus letras sencillas se anclaron en mi memoria sonora.

Después de un par de canciones la sesión en el vacío llegó a su fin. Entonces le pido que me hable de su trabajo como cancionista.

–Hay una parte que recién tengo clara aunque todos lo sabemos pero recién lo entiendo y lo traslado a mi trabajo como cancionista, que es la cuestión de que las palabras tienen un sonido por sí mismas. Las palabras en combinación te dan imágenes específicas o las construyen, las renuevan.

Me da la impresión de que tienes algunas influencias muy literarias.

No es que esté emulando autores o estilos o corrientes sino que trato de usar el lenguaje para quizá hacer una amalgama con todas esas referencias de vida o de arte en una historia que hable de mí. Que primero me hable de mi a mi y eventualmente a los demás. Pienso que la cuestión de la poesía tiene que ver mucho con lo que a ti te representa y te refleja, lo que tú estás buscando y lo que quieres decir.

Es como si me preguntaras qué géneros o qué compositores me influyen. Todos tenemos referencias tan vastas, aunque no lo sepamos, que eventualmente terminan saliendo y constituyen nuestro diálogo. Para mí las letras en las canciones son una necesidad, pero no necesariamente es concreta esa necesidad. A veces no entiendes ni de lo que estás hablando o es tan sencillo y tan llano que puede tener muchos significados.

 

Esta oscuridad del proceso creativo y su relación con la vida privada siempre me ha intrigado y sospecho que algunos, como Laura, gozan de una sensibilidad exquisita que les permite entrever la potencia estética de la vida en cosas tan sencillas como la vida cotidiana.

¿Qué relación encuentras entre la palabra y lo sonoro?

Creo que tiene que ver con ese mismo misterio que constituye la mezcla difícil de definir dos materias tan interesantes como lo es la letra y como lo es la música. Cada una tiene su profundidad, su dimensión, su color, su lenguaje.

A mí me gusta más dejar abierto el misterio de esa combinación, lo mismo que de las armonías y de las melodías y por eso veces siento que me inserto mucho más en el capricho de construir ese misterio; no construirlo, sino más bien soltarlo, me preocupo más de eso que de hacer una melodía impresionante o de tener una voz amplia o de hacer cosas complejas con la guitarra. Me he preocupado más por generar texturas, monolitos, estelas. Y en ese sentido pienso que soy monótona, a veces me siento un poco aburrida.

Para mí la composición es la confesión o la intuición de un misterio. En ese sentido no soy tan textual, tan literal, tan concreta. Sí me gusta hacer historias, como «Las curanderas» o «Si te volviera a encontrar», que son narraciones, pero creo que el lugar que siento que me acomoda mucho más es el de generar un momento que para mí es importante y que ya después puedo compartir con los otros.

La miro por un instante. Su mirada es profunda y su sonrisa cálida como un plato cocinado a fuego lento. En un par de días tomará un vuelo con destino a Montevideo para procurar el misterio y buscar nuevos horizontes para su trabajo como compositora.

Háblame de la gira.

Para mí es un suceso muy esperado. El pretexto es tocar y el sueño es viajar. Finalmente en mi caso la temática son los viajes. Y no necesariamente los viajes realizados, sino los viajes soñados, imaginados. Voy con la expectativa de crecer como artista y por un lado el viaje es un reto personal en ese sentido. Por otro lado, tengo la expectativa de que los conciertos se hagan bien, de que el paso por cada país sea provechoso a nivel musical. Voy con la idea de que si no me da el tiempo y el dinero para grabar un disco allá, por lo menos pueda generar vínculos que me permitan hacer un disco más amplio o volver después y grabarlo. No sé como, pero ese es el objetivo más ambicioso del viaje.

Voy con la expectativa de que aquellas exigencias que tengo sobre mí, aquellas autocríticas, aquellas carencias que detecto de pronto en el trabajo me den la oportunidad urgente de aprovechar cada momento y aprender un montón. Cosa que en México, para ser sinceros, como estoy en mi lugar, de pronto no me es fácil lograr. Batallo todo el tiempo y aunque podría parecer que todo bien, en realidad soy una persona con demasiadas cuestiones sobre mí misma, con muchas exigencias. Mi naturaleza es un poco así, ve todo el tiempo esas partes negativas que me empiezan a asustar porque de pronto ya me da miedo subirme a un escenario, y cuando me descuido ya estoy pensando “¡híjole! Este acorde estaba bien feo, ¿por qué no le puse este?”, esas cuestiones que sí son necesarias como método de trabajo pero no hasta el punto en el que empiezan a afectar el disfrute de lo que estás haciendo.

 

Me parece que la estética sonora de la compositora se forja sobre la identidad que existe entre ser mujer mexicana y su pasión por los viajes, entre ser consciente de su origen y su contexto y la búsqueda incansable por ser auténtica.

–Voy a países muy abiertos, continúa Laura, por lo que se dice, por lo que se lee, por lo que se oye. Y es definitivo que no hay peor país para vivir como mujer que México porque aquí están matando a siete mujeres al día por motivos de género. Peor que eso no puede ser, aunque sea muy feo decirlo. Hace poco una amiga de mi mamá me preguntaba si no me da miedo viajar a esos lugares en donde, además, no conozco a nadie. Pero es que he pasado por sur, centro y norte de mi país y creo que me ha dado mucho más miedo porque tengo más razones. Entonces voy también con la intuición de que voy a entender esto un poco más a nivel cultural y social. No creo que vaya a ser más difícil. Por otro lado, hay un montón de propuestas femeninas de las que tengo referencia que quiero específicamente ir a conocer, entonces creo que va a ser bueno en ese sentido.

¿Crees que como mujer tienes una perspectiva que se ve reflejada en tus composiciones?

Yo creo que sí, creo que el hecho de ser mujer y de estar en este contexto influye en mi visión del mundo. Mi visión de mi género, mi visión de las relaciones humanas, de las relaciones heterosexuales, de las familias, de todo este esquema que puede tener relación con nuestra noción de ser mujer, de la sexualidad, de los hombres, toda esta parte que no es tan sana. Y lo digo así, sin temor a equivocarme, por el hecho de que todas mis amigas también lo sufren. En la familia, porque el papá, porque el maestro, porque la tele; es un contexto tan abrumador que es difícil ignorarlo. Si lo quieres ignorar es porque nunca pudiste aprender que era necesario interesarte en la problemática de quienes sufren.

Y de algún modo es un sufrimiento que nosotros como hacedores de canciones no ignoramos porque es, muchas veces, nuestra materia. Por eso hay tanta música tan poderosa que pese a las cuestiones históricas trascendió con un discurso de liberación, de independencia.

 

Actualmente, Laura se encuentra en la preproducción de su segundo disco, Mapa, un álbum viajero. Le pido que me hable de él.

–Sí, precisamente tiene mucho que ver con los viajes y con la gira, pero desde una perspectiva que tengo desde hace mucho tiempo. Para mí, Mapa es un pretexto para hablar de los viajes, pero también es un pretexto para ubicar mi lugar sentimental entre mis posibilidades. Se trata de un mapa externo pero también de un mapa de tiempo y el pretexto para hacerlo siento que le va muy bien a este proyecto: nada más y nada menos que venir de un recorrido. Incluso pienso que podría convertirse en un trabajo de dos volúmenes. Por un lado las canciones que llevo al viaje y que grabe allá y, por otro lado, las canciones que van a salir del viaje y que después voy a volver a grabar acá. Es un proyecto que me tiene muy emocionada. Es la resolución de la gira a nivel productivo, para dejar un registro de algo.

 

Una de las canciones se llama «Mapa» y fue la primer canción que hice y terminé que me pareció buena o perfectible, con posibilidades, porque me hacía sentir y hablar de una historia real, muy transparente, sin mucha retórica. Se trata de un viaje imaginario que al mismo tiempo es una historia de amor con algunas referencias, unas que existen y otras no. Entonces «Mapa» es una rola que cuenta una historia cortita que me pasó, es rara, es rara. A veces siento que la narrativa no la hice tan bien pero me gusta, le tengo mucho cariño a esa canción y a otras canciones que hice en aquellos momentos.

«En el bosque» es otra canción que también es una historia de amor pero llena de melancolía y, sin embargo, quiero reconciliarme con esas rolas, porque estoy en un punto de mi búsqueda en el que empiezo a aceptar que mi música va a tener que ver con mi personalidad y si de pronto soy así melancólica, reflexiva, sedentaria y contemplativa, no necesito hacer rolas que por el contrario diviertan.

Hay una canción que se llama «Foto futura« que espero también incluir. Habla un poco de nuestra relación con el presente, el pasado y el futuro a través de lo familiar y a través de la identidad personal. Es una búsqueda de lugar en el tiempo pero también es la búsqueda de tu lugar en el amor o tu búsqueda en el lugar del mapa.

Entonces estas canciones son composiciones que tú ya tenías y ahora planeas…

Sí, que tengo hasta antes de la gira. «Mapa» es de 2013 o de 2014. «Bosque» es del 2014, «Foto futura» es del 2016. Hay otra que se llama «Como la luna» que es muy reciente y no tiene mucho que ver pero todas las canciones están conglomeradas bajo el mismo concepto.

Entonces la gira tendrá esta doble función, viajar y concretar el disco.

Concretarlo o empezar a gestarlo. Quizá desde el hecho de conocer productores y gente con la cual hacer música colectiva, que es algo que siento que me falta mucho porque soy muy celosa de mi mundo autónomo pero ya me empieza a interesar un montón el rollo de acompañarme de otros músicos o de dejarme sugerir cosas o dejarme producir por otro músico.

Y no necesariamente va a ser un disco producido por otras personas. Pero tema por tema quiero que tenga una perspectiva, entonces es una opción que las canciones que llevo, en el camino las vaya arreglando y en cada lugar, que son seis países, vaya grabando y haciendo convenios. Porque no creas que llevo un presupuesto o un fondo para ello. Las grabaré como se pueda, así sea en el estudio de grabación de una persona a quien se lo pueda pagar o que sea tan buena onda que diga “bueno yo lo pongo y luego vemos”. Incluso con cualquier amigo que lleve un celular. Voy así de abierta al registro, ese concepto material que también me interesa mucho de los discos. Pero si no pasa eso, por lo menos espero generar los vínculos y también conocer músicas que que lo influyan. Por ejemplo, «La luna» es una canción como bossa nova, como brasileña y como voy a pasar por Brasil no quiero dejar pasar la oportunidad de que ahí sí se grabe porque el sonido de los brasileños sólo se lo van a dar ellos. Eso sería como la vestidura de las canciones.

 

Me queda claro que Laura sabe muy bien lo que quiere hacer, sin importar las dificultades que puedan surgir. Confirmo, entonces, mi impresión sobre ella: es una artista que hay que escuchar si te interesa la integridad del canto y de la composición. Su voz no es otra cosa que el murmullo de la honestidad y es esa fuerza la que, como a Orfeo, le permite burlar al Cerbero que es la industria independiente. Para ir cerrando, aventuro una pregunta que ya se anunciaba en la historia del viaje.

¿Cuál es tu opinión o qué piensas de ser un músico independiente hoy en día? ¿Cuáles son las dificultades a las que te enfrentas?

Yo creo que en este tiempo la independencia más que una dificultad es una postura, o sea es una posibilidad. A estas alturas, creo que los que confiamos en esto y lo estamos defendiendo, ya sea desde hace décadas como desde hace dos años, creemos fervientemente que es una libertad, muy por encima de las dificultades que presenta como, claro, no tener dinero para grabarte o para pagar la renta, vaya, y yo sé que no les hablo de nada nuevo, pero en ese sentido no sólo es esa dificultad. También está la cuestión de enfrentarte a públicos que no te quieren escuchar y cruzar toda esa barrera cultural para un día empezar a llegar a la gente que sí te quiera escuchar. Pero creo que si eres honesto y echas mano de las herramientas que existen, que ahora ya son muchas con el internet, con todo lo que quieras pero desde un punto de vista honesto, puedes pasar entre la multitud y tener la doble satisfacción de haber conseguido lo que tú querías y además haber pasado por un lugar que conoces que es tu sociedad y de la cual hablas.

Para mí, eso, la independencia, es la libertad, sólo hay que enfocarla. Y lo digo porque sí tengo ciertas posturas que por un lado son muy radicales y por eso me parece que se nogocia mucho hoy en día, incluso en los círculos en donde uno pensaría que son mucho más independientes son demasiado permisivos con esas cuestiones y a mí no me gusta, me horroriza un poco el hecho de tener que negociar mis formas artísticas y también mis modos de vida y mis libertades. Soy de esas personas que tienen tanta esperanza como enojo, estoy muy enojada con la sociedad todo lo que podemos estarlo.

Pero la independencia tampoco se puede abordar desde un lugar meramente negativo y decir que todo está mal, que el gobierno no apoya lo suficiente o que toda la música está mal hecha, porque creo que hay que estar bien preparados para cuando pasan las cosas buenas, porque es allí donde se puede transmitir un mensaje o se puede contagiar un movimiento. Yo creo en eso, y aunque a veces me descubro pensando en las cosas frívolas de los likes o de las no tan frívolas de “ahora cómo le voy a hacer este mes para pagar la renta” y me descubro con mucho miedo de hacer las cosas, mucho pesimismo, asumo que ese es el aprendizaje que yo quiero ver, que en mi entorno estén pasando cosas tan buenas, que eso sólo me lleve a pensar que todo puede ser mejor.

 

Actualmente, Laura ha decidido establecerse en Montevideo, lo que es un obvio reflejo de su búsqueda personal. No nos queda más que cantarle si te volviera a encontrar…

 

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