Teoría de la generación espontánea: miradas sobre la muerte, la depresión, las heces y el sueño

REDACCIÓN /CRASH

Cada año, SOMA abre una convocatoria para que artistas se unan a investigar colectivamente lo que el arte puede ser y cómo puede funcionar en diferentes contextos, a través del Programa Educativo SOMA, el cual está orientado a generar un espacio para la discusión horizontal, la interacción colectiva y el pensamiento crítico.

La pandemia no ha sido obstáculo para que las distintas generaciones que forman parte de este Programa continúen reflexionando sobre sus procesos y compartiendo con los distintos públicos cómo el arte puede ayudarnos a entendernos mejor y comprender nuestro contexto. Y desde el pasado 1 de septiembre y hasta el 23 de octubre, la generación 2021 presenta la exposición teoría de la generación espontánea, que reúne el trabajo de once artistas de distintos países de habla hispana. 

En Crash Mx, hemos seleccionado el trabajo de cinco de ellxs, pues su obra nos acerca a la muerte, la depresión, la digestión, la cotidianidad y el sueño con una fuerza poética que conviene tener en el radar. 

 

Juan Carlos León | Colonizar el fin

¿Cómo transformar los recuerdos y sanar desde la materia viva? ¿Qué tipo de ritual te permite cerrar un ciclo de vida?

Estas preguntas son fundamentales para Colonizar el fin, proyecto del artista ecuatoriano Juan Carlos León, quien se apoya en la micología y la astronomía para proponer un ritual  de sanación simbólica y cierre, motivado por la muerte de su madre. 

Desde su perspectiva, los hongos están al final de la cadena de la vida, pero también al principio y en este proyecto transforman la experiencia personal del autor: 

Kallumpakunamikan shunku (hongos y corazón) es la pieza principal de este proyecto para la cual se crearon dispositivos de materialización de información en formas de cajas petri que visualizan correos electrónicos sin enviar, sin contestar, mensajes en redes sociales o notas manuscritas que reflejan el momento previo a la muerte de la madre del artista. La información fue transferida con materiales antisépticos como la violeta de genciana, merthiolate rojo y yodopovidona. Estas cajas de información fueron inoculadas con diferentes géneros de hongos Penicillium y Rhizopus que a nivel simbólico sirven como materia viva de curación que transforma la Información, la borran y dan cierre a un ciclo.

A partir de la última llamada telefónica que recibió el artista, la obra aborda, además, las coordenadas del lugar fallecimiento de su madre, en relación con aquellas que permiten ubicar a su madre en el firmamento, quien se transformó en una estrella. 

 

Enrique López Llamas | Yo no sabía nada de mi padre, hasta que decidí pintarle un jardín

Tras encontrarse con una reproducción de El jardín de las delicias (c.1500-1505) de El Bosco en la clínica en la que fue internado su padre después de un intento de suicidio, Enrique López Llamas propone una obra que transforma materialmente el mítico tríptico. 

Yo no sabía nada de mi padre, hasta que decidí pintarle un jardín es una instalación que se compone de pequeñas esculturas que reinterpretan frutos en la obra de El Bosco, un conjunto de pinturas usando comprimidos molidos como materia pictórica, y una pieza de video que realizó con la ayuda y participación de su familia.

Yo no sabía nada de mi padre hasta que decidí pintarle un jardín, busca articular conexiones entre un acontecimiento familiar, el consumo de medicamentos para el tratamiento del trastorno depresivo, el peso histórico de la práctica de la pintura y el acto de reproducir y reinterpretar imágenes en la historia del arte.

Laia Giol Carreño | Hacer del baño

¿Cómo sería un baño adecuado a las necesidades de una flora intestinal adolorida? 

Quizá nunca nos hayamos hecho esta pregunta porque no es muy común hablar de nuestros problemas intestinales con todo el mundo. Sin embargo, resulta genuino desear un lugar de alivio, donde acercarnos a nuestros propios residuos de una forma natural. 

Esta es la propuesta detrás de Hacer del baño, de Laia Giol Carreño, artista que considera necesario hablar de esto. 

Su pieza explora ese espacio ideal donde sea posible observar los cambios fecales, de color y consistencia, y donde se encuentre al alcance todo lo necesario para hacer de una experiencia dolorosa, algo digno de cierto confort. 

Con un refrigerador donde encontrar probióticos, Pepto-Bismol, hielo y alimentos positivos para el sistema digestivo. Un inodoro de madera, elevado para evacuar en cuclillas, en una zona más fría. Con olor a tierra. Tal vez las paredes interiores estén hechas de barro. Recubierto de baldosas comestibles y de minerales adecuados para la microbiota. Con uno que otro hueco para plantar un ciprés. Un molde de mi espalda en una esquina redonda cerca del suelo y de los pies. Varios lugares huecos para esconder cosas. No hay puerta.

Yorely Valero | Disoluciones

A Yorely Valero le interesa observar la cotidianidad y sus sutiles irrupciones para hacerse preguntas sobre el tiempo, los fenómenos naturales, la escala humana y nuestra posición en el universo. Y es mediante  la fotografía, el video y la instalación, como materializa dicho interés. 

Sus encuentros recurrentes con bloques de hielo en sus recorridos por la ciudad le animaron a entender estos objetos como fenómenos dignos de observación. Así surgió Disoluciones, un proyecto que busca apropiarse de un gesto citadino para reinterpretarlo a la luz de las transformaciones ocasionadas por el entorno en el que estos bloques se encontraban. 

Paralelamente, entendía estos cuerpos como formas geométricas que vinculé con los sólidos platónicos, cinco poliedros que por sus características únicas han sido relacionados con la belleza geométrica. Contrario a la naturaleza irregular, variable, inestable y efímera de los hielos situados en el espacio público, los sólidos platónicos se destacan por su aparente perfección y perpetuidad. 

Si eres de las personas que se detienen a ver lo que ocurre a su alrededor, esta pieza resultará de tu interés. 

Elisa Malo | Museo objeto del sueño

Elisa Malo explora la posibilidad de que existan otros universos, donde otras conversaciones y encuentros ocurran, lejos de la lógica que rige nuestra realidad. Por ello, se ha encargado de tender puentes entre lo interno y lo externo, que permitan comprender la otredad desde otros lugares y eso es justo lo que encontramos en Museo objeto del sueño

Este proyecto podría entenderse como el resultado de un vaivén entre los sueños lúcidos y la vigilia, donde la artista transitó proponiendo una colaboración entre dos Elisas -la despierta y la dormida-, y quien se acerca a este diálogo se sumerge en ese espacio onírico donde ambas se encuentran. 

Somnografías es un proyecto con el que busco compartir, desde la intimidad del yo, planteamientos para la colectividad. Propongo el cuerpo como un espacio utópico y lugar de posibilidades, un contenedor que implica el concepto de hospitalidad para habitarse a una misma. Me interesa sugerir variaciones para sobrellevar la realidad. Desde algo intangible, como el umbral del sueño, se puede construir conscientemente un puente que comunique mundos internos y externos para un autoconocimiento colectivo.

Visita esta exposición en las instalaciones de SOMA México hasta el 23 de octubre. Puedes agendar una cita en: https://www.espontanea.net/visitas

Consulta la obra del resto de lxs artistas de la generación 2021 del Programa Educativo SOMA en: https://www.espontanea.net/

 

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