Oriana Fallaci, López Aretche y el México de 1968

Por Rafael Romandía

El 2 de octubre de 1968 no es una fecha, es un recuerdo, es un grito, una marca en la piel, una sentencia que deberemos mantener en los libros para tener presente que un acercamiento a un día como ese sería retroceder no solo en tiempo, sino en civilidad. Aquel día, una italiana fue artífice argumental del documento audiovisual quizá más fidedigno que se conserva a la fecha. Un mexicano, el director del artificio.

Oriana Fallaci (Florencia, 1929) salió herida en aquella ocasión y muchos pensaron que había muerto, una bala que tenía la intención de matar a un estudiante casi termina con la vida de la periodista italiana.

«No, no voy a dar ninguna entrevista, ninguna, no después de lo que me pasó; me han disparado, me han robado mi reloj, me dejaron desangrarme ahí en el suelo del Chihuahua, me negaron el derecho a llamar a mi embajada… Quiero que la delegación italiana se retire de los Juegos Olímpicos; es lo menos que pueden hacer».

Se ha ficcionado en distintos filmes aquel incidente ocurrido en la Plaza de la Tres Culturas, hay fragmentos de los sucesos y también varios intentos que más que documentar, recurren al gastadísimo formato de presentación de power point que intercala tomas panorámicas de archivo con entrevistas a personajes sobrevivientes del suceso. Sin embargo, ninguno rescata imágenes tan contundentes y personales como El Grito de Leobardo López Aretche (Ciudad de México, 1942).

Leobardo López Aretche en 1969 por Federico Weingartshofer_2
Leobardo Lopez Aretche en 1969 por Federico Weingartshofer

«El grito del fallecido estudiante López Arretche, emotivo e insuperable testimonio acerca del movimiento estudiantil en 1968, cinta independiente y universitaria que sigue con una cámara ágil y material gráfico los sucesos ocurridos entre julio y octubre de ese año, con imágenes documentales in situ y fotografías que ayudan a reconstruir la brutalidad policiaca».

– Rafael Aviña

El director fue partícipe activo de los movimientos, lo que le permitió retratar de cerca la situación. Ocho horas de grabación perfiladas desde el interior del Consejo General de Huelga que se condensan en 120 minutos de planos directos y permeados del sentir estudiantil y la represión vivida ese 2 de octubre.

Oriana se encontraba en México por parte del diario L’Europeo, se involucró tanto en la situación, que además de escribir una serie de textos que se narrarían en el documental en voz de la actriz Magda Vizcaino, terminó escribiendo para medios como La Voz de México, en donde en diciembre de 1968 contó lo siguiente.

«Llegué a las 4:45 y la plaza estaba casi llena. Subí a la terraza del tercer piso del edificio en que se hallaban los líderes, sorprendiéndome al ver sólo a unos cuantos. Uno de ellos, que se notaba muy nervioso, dijo que se había demorado porque carros blindados y camiones llenos de soldados estaban desalojando a la gente de la plaza.Los líderes tenían planeado anunciar una huelga de hambre, para luego marchar a las instalaciones escolares ocupadas por el ejército. Pero entonces dijeron, ‘compañeros, vamos a cambiar de programa. Nadie irá a la escuela porque nos están esperando para matarnos. Cuando este mitin concluya, nos iremos a nuestra casa’. Después del anuncio, una chica de unos 17 o 18 años con voz como de pajarito, dijo, ‘quiero pedirles que permanezcan tranquilos’. Todos aplaudieron. Luego, otro dijo, ‘queremos enseñarle al gobierno que sabemos otras formas de lucha. El lunes iniciaremos una huelga de hambre’. En ese momento, un helicóptero apareció sobre la plaza, bajando, bajando. Unos segundos después, lanzó dos luces verdes en medio de la multitud. Yo grité, ‘muchachos, algo malo va a pasar. Ellos han lanzado luces’. Me contestaron, ‘vamos, usted no está en Vietnam’. A lo que repliqué, ‘en Vietnam, cuando un helicóptero arroja luces, es porque desean ubicar el sitio a bombardear’».

Fallaci fue sepultada en el Cimitero degli Allori el 15 de septiembre de 2006. Cáncer de pulmón. López Aretche se suicidó el 24 de junio de 1970 mientras preparaba su primer largometraje de ficción, El canto del ruiseñor. No hubo tiempo para afinar y volver al grito en canto. Y quizá es así como debe mantenerse, para que los decibeles fuera de armonía descontrolen y hagan volver la mirada hacia los hechos, hacia el recuerdo.

«El cine mexicano perdió un cineasta nato dotado de inhumana capacidad de angustia, irrecuperablemente atormentado. Sus películas emocionan como preguntas dirigidas hacia el origen de la vida. Un artista de mirada especial».

– Jorge Ayala Blanco

El Grito fue proyectado en la pasada Viennale. Italia ha hecho su parte. Ahora FICUNAM, en conjunto con la Filmoteca de la UNAM, recupera su trabajo en la sección Archivo del festival, la cual incluirá la proyección, además del documental de López Aretche, de los siguientes filmes: Lapso (1965), Panteón (1966), El jinete del cubo (1966), S.O.S (1967), El hijo (1968), Leobardo Barrabas (1969) y Crater (1970). Esta última, aunque no fue el director, escribió el guión el año de su suicidio.

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